EL consumo colaborativo ha madurado por todo el mundo, y las difíciles situaciones económicas de las familias han obligado a estas a buscar alternativas, ya sea para ahorrar una pequeña cantidad de dinero o incluso para poder conseguirlo. Este hecho, unido a la explosión de las redes sociales promete, un progresivo aumento de este tipo de iniciativas.
Esta tendencia a compartir, intercambiar, prestar, alquilar y regalar, redefinida a través de la tecnología moderna y las redes sociales, se hace más presente cada día. Además abarca todo tipo de sectores y de negocios, así como desde el alquiler de un apartamento, pasando por compras masivas de productos de consumo, co-alquileres de coches, aparcamientos o vacaciones. Tenemos como claro ejemplo de empresa de consumo colaborativo , BlaBlacar, que es una plataforma digital en la que se ponen en contacto conductores y pasajeros, para acordar el reparto de gastos que el viaje supone.
Los consumidores, cada vez más, comparten sus experiencias de consumo y socializan esa experiencia a través de internet, para poder comparar y colectivizar sus opiniones. Conocer, compartir y ampliar la información de los productos ha provocado una racionalización en las compras, ahora el consumidor busca información exhaustiva y fiable del producto en webs especializadas que, luego cotejan buscando consejos y recomendaciones en páginas webs en las que los usuarios comparten sus opiniones.
Según algunas revistas y especialistas, el consumo colaborativo está llamado a ser, una de las ideas que cambiarán el mundo. Puesto que la colaboración reta al capitalismo y la crisis mundial ha marcado su impulso. Muchos sectores, como el sector hotelero, temen la competencia que esta tendencia representa al arañarles parte del mercado, puesto que sus ingresos han disminuido debido a que las personas están compartiendo cada vez más sus lugares de residencia. Mientras sectores como el comentado ven como sus ingresos descienden, el sector de consumo colaborativo pide la regularización de sus actividades y atrae inversiones millonarias.
Este concepto empieza ya a trasladarse al sector empresarial y augura cambios en los factores que definirán la competitividad de las empresas y que obligará a muchas de estas a reinventarse.
Presentación de esta tendencia aquí
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